Síndrome de Tourette
¿Qué es el Síndrome de Tourette?
El Síndrome de Tourette es un trastorno del neurodesarrollo , de origen neurológico, en la que existen evidencias de alteraciones, a nivel cerebral y de sustancias químicas como la serotonina, dopamina.
El Síndrome Tourette se caracterizan por la presencia de tics motores y vocales que aparecen casi a diario durante un año. Se inicia frecuentemente en la infancia y los tics suelen incrementarse en la adolescencia. Sus síntomas causan un gran malestar, que afecta a la vida social, familiar, escolar y al propio niño.
Los tics del Síndrome de Tourtte se caracteriza por ser tics motores y vocales que cambian en su frecuencia, tipo, localización, severidad y número, variando de una persona a otros. Parece existir un componente importante de carácter hereditario y genético y una mayor prevalencia en niños varones que en niñas.
¿Cómo son los tics?
Los tics varían en su aparición y intensidad. Suelen empeorar en la adolescencia y disminuir en la vida adulta. Dichos tics son de carácter involuntario y generan un alto grado de malestar al no poderlos controlar, generando un gran malestar.
Suelen presentar:
- Tics motores como: guiños, muecas, encogimiento de hombros, ruidos con la nariz, tocamientos así mismo, gestos faciales….
- Tics vocales como: tos, ruidos con la garganta, ruido con la nariz, repetición de determinadas palabras o frases, tartamudez, cambios en la forma del habla….
¿Qué ocasionan los tics para la persona que lo padece?
Debido al carácter llamativo de los tics del Síndrome de Tourette es común que no sean aprobados socialmente y son vistos como raros, maleducados, ocasionándoles malestar en el colegio y en casa. Como consecuencia de todo ello es común que los adolescentes se aíslen en sus relaciones sociales para poder vivir sin tanta angustia.
¿Qué factores afectan al Síndrome de Tourette?
Estrés
Excitación
Ansiedad
Cansancio
Vacaciones
Enfermedades
Hambre
Cambios en el colegio o en el ámbito familiar
¿Qué otros problemas puede presentar en nuestros hijos el Síndrome de Tourette?
En muchas ocasiones estos niños/as presentan dificultades de aprendizaje, falta de habilidades sociales, problemas en la escritura, impulsividad, desinhibición, disfunciones ejecutivas. En muchas ocasiones pueden presentar también TDAH, ansiedad y TOC.
Las dificultades en la escriturar se observan en la dificultad en poner sus pensamientos en palabras, errores de ortográficos, escritura torpe, lenta, irregular, dificultad para copiar lo que pone en la pizarra y en los libros, etc.
El trastorno obsesivo compulsivo (TOC), es un trastorno que consiste en pensamientos obsesivos y compulsiones. Que aumentan y disminuyen en intensidad según el estado emocional (excitación, estrés, cansancio…). Frecuentemente el TOC aparece años después de la aparición de los tics simples.
Un gran número de niños/as y adolescentes con Síndrome de Tourette tienen también TDAH, que se pone de manifiesto en la hiperactividad, impulsividad, facilidad para distraerse, falta de atención, inmadurez social, dificultades en la memoria a corto plazo.
Es común que los adolescentes con Síndrome de Tourette a nivel académico tenga dificultades en la administración del tiempo, organización, establecer objetivos, secuenciar la información, resolución de problemas.
En algunos casos también se ha observado en estos niños, problemas de procesamiento. Se refleja en la dificultada que tienen en seguir instrucciones, suelen ser lentos contestando, les cuesta recordar informa, instrucciones, listas…
Muchos adolescentes manifiestan que les genera ansiedad estar en lugares como cafeterías, autobuses del colegio, pasillos porque hay muchos estímulos. Les suele dar grima tomar ciertos alimentos por su textura, les molestan las luces brillantes, etc. Por todo ello es frecuente que presenten trastornos de depresión y ansiedad.
Es importante entender que los niños/as con Síndrome de Tourette son niños como el resto, y ante todo niños, es de vital importancia apoyar sus intereses y fomentar todos sus talentos y potenciarlos al máximo.
Aunque no existe cura, si hay una gran variedad de estrategias y técnicas que han mostrado su eficacia en la disminución de los síntomas. Es frecuente que los síntomas disminuyan al finalizar la adolescencia.